Los Miserables: insistir en teatro de calidad
El musical, a cargo del argentino Mariano Detry, bajo la batuta de la maestra Elisa Vegas y con producción general y ejecutiva de Claudia Salazar Gómez, de Clas Producciones, se presentará en la Sala Río Reyna del Teatro Teresa Carreño hasta el próximo 16 de abril
Es una historia que ha sido contada muchas veces. Y no por ello pierde su encanto, su fuerza. Todo lo contrario. Cada encuentro con una buena historia es como una renovación de votos y uno dice: sí creo en esto, por eso sigo aquí. Es lo que sucede con el teatro, con el teatro bien hecho. Y Los miserables de Clas Producciones, con el argentino Mariano Detry a la cabeza y la maestra Elisa Vegas en la dirección musical, es eso y mucho más.
Sentir que uno es parte de este musical, que las butacas de la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño desaparecen bajo esa oscuridad de París del siglo XIX y uno también ha soñado un sueño y también ha sentido hambre y uno se ha lanzado al abismo de los ideales de libertad… ahí vuelve la certeza de haber escogido el lugar correcto. Y no puede sino dar las gracias.
La propuesta escénica presenta actualmente su segunda temporada en el Teatro Teresa Carreño, ubicado en el oeste de Caracas, luego de las funciones de 2019, un año demasiado raro, un año que venía de la convulsión de 2017 y no sabía que le tocaría afrontar otra terrible: la pandemia por Covid-19. Fue ese un año sin aire acondicionado en la sala, con butacas sucias y filtraciones en el lobby de uno de los complejos culturales más grandes de Latinoamérica. Este 2023 en Venezuela se presenta diferente, tal vez no menos difícil, pero sí diferente. Y con esta versión del musical, en un contexto marcado por denuncias de corrupción, espectáculos superfluos y mal gusto, uno siente que la cosa no está definitivamente perdida.
Los miserables es una historia que ha sido contada muchas veces. En diversos formatos: desde versiones cinematográficas como la que le dio el Premio Oscar a mejor actriz de reparto a Anne Hathaway, hace una década, por su desgarradora interpretación de Fantine. O la que adaptó para televisión la escritora venezolana Valentina Párraga, y que transmitió Telemundo en 2014; allí el personaje protagónico es una mujer que ha sido deportada a México proveniente de Estados Unidos y que no huye de su pasado, sino más bien de un amor. Las historias siempre dan para todo.
Pero la más popular, el punto de partida de todo esto, fue el musical de Claude-Michel Schönberg y letras originales en francés de Alain Boublil y Jean-Marc Natel,
Un lustro después se montó en Londres, bajo la producción de Cameron Mackintosh y adaptado al inglés por Herbert Kretzmer. Su ha ganado el Tony incluye canciones tan conocidas como «I Dreamed a Dream», «On My Own», «One Day More», «Bring Him Home» o «Do You Hear the People Sing?».
El musical de Clas Producciones respeta los códigos de la franquicia. Cuenta con el aval y supervisión del productor ejecutivo teatral Cameron Mackintosh, responsable de los derechos y ejecución de Los miserables y otros emblemáticos espectáculos del West End y Broadway, informó la producción.
Su historia es una historia conocida. Basada en la novela del autor francés Víctor Hugo, publicada en 1862 y perteneciente al período romántico, surge como un debate con el lector –el espectador, el artista mismo– sobre el bien y el mal, la justicia, la redención, la política y la muerte. En escenarios oscuros, convulsos, un grupo de personajes indefensos algunos; amorales otros, oprimidos todos por el poder, la miseria y la enfermedad, buscan su mejor manera de sobrevivir.
En la propuesta que se presenta desde el pasado 30 de marzo y hasta el domingo 16 de abril en el Teatro Teresa Carreño, bajo la producción general y ejecutiva de Claudia Salazar Gómez, este dramatismo se logra con la sincrónica ejecución de intérpretes, músicos, solistas, tramoyistas, luminitos. Las coordenadas de las funciones, horarios y costos las dejo al final del texto.
Con esta segunda temporada de Los miserables, Clas Producciones celebra su primera década de trayectoria artística. “Esta es una producción madurada, que ha crecido con el pasar de los años, no sólo con un elenco que se nota que se ha preparado desde el momento que descubrimos un musical de ese tamaño sino con el reto de superarlo. Este montaje es distinto al de todo el mundo, es la versión de Mariano Detry, más detallada, más grande, más robusta. Los Miserables del 2023 es otro musical, otro nivel porque nos lo tenemos que exigir a nosotros mismos y nuestro entorno lo reclama también”, aseguró en un comunicado de prensa Salazar Gómez, directora de Clas Producciones.
La historia ha sido contada muchas veces: sigue a Jean Valjean, un ex convicto que busca ¿el perdón? luego de cumplir casi 19 años de prisión por haber robado un trozo de pan, mientras en las calles de París reina el hambre y la imposibilidad de alcanzar un futuro mejor, al tiempo que un grupo de jóvenes esperanzados lucha por sus ideales, a comienzos del siglo XIX.
Más de 30 artistas en escena recrean esta historia. El elenco lo encabeza Beto Baralt, junto con Gaspar Colón, quienes repiten en los roles de Jean Valjean y Javert, respectivamente. Los acompañan Gabby Brett como Fantine, Oriana Rizza como Cosette, Alejandro Míguez como Monsieur Thenardier, José David Heredia como Marius, Alba Paola como Eponine, Daniel Albornoz como Enjolras, Rose Ordoñez como Madame Thenardier; y los niños Amelia Hidalgo, Bianka Sánchez, Nicole Ruiloba, Simona Primera y Mati y Moi.
El profesionalismo es el elemento principal de la pieza. La calidad y cuidado de los elementos humanos y técnicos, que son impulsados por la fuerza de la orquesta en vivo. Te hace reconciliarte con muchas cosas, pero sobre todo te lleva a reflexionar sobre lo que uno mismo ha hecho, las búsquedas personales: se trata de apuntar siempre a ser mejores.
A continuación, tres destacados y una conclusión:
La producción
El equipo de Clas Producciones trajo al país a creadores pertenecientes a la franquicia de Los miserables, con lo que se impulsó la fidelidad de la puesta en escena y el cumplimiento de requerimientos necesarios para generar la desoladora atmósfera de la historia. Estuvieron presentes, y trabajaron con artistas y técnicos locales: de Rachael McCutcheon, diseñadora de iluminación; Gastón Briski, diseñador de sonido; Alejandro Zambrano, ingeniero de sonido y Feliciano San Román, diseñador de pelucas.
A mi juicio, la iluminación estuvo muy bien lograda tanto en episodios de dolor como de humor, sin perder esa esencia de oscuridad de eterna cloaca por la que transitan los personajes, redimidos por el amor, los ideales o la muerte.
Una mención especial al equipo de tramoyistas, que se acoplaron y fueron agente determinante en una coreografía de estructuras, plataformas giratorias, entradas y salidas de escenas y personajes. Sin esta precisión, el resultado no habría tenido ese impacto poderoso.
El elenco
El grupo de solistas y los ensambles masculinos y femeninos, incluidos los actores infantiles, destacan por su calidad interpretativa y por la capacidad de conmover, casi hasta las lágrimas, con sus voces, su gestualidad, su compromiso y energía que se elevan fuera del escenario y zarandea al espectador.
Emocionan, entristecen sus muertes y animan sus luchas. Casi que uno quiere correr y abalanzarse sobre esa historia, trepar las rejas de la pobreza, superar la barricada en marcha triunfante y sobrevivir al infernal río bajo aquellos puentes fríos.
Un aplauso de pie para la versatilidad de Beto Baratl en el rol de Jean Valjan, que crece enormemente entre temporada y temporada, en una bien lograda madurez artística.
Otro aplauso para Gabby Brett: Fantine en esta edición (Eponine en 2019). Su interpretación del tema “I Dreamed a Dream” (en idioma original del musical de 1980) es de mis momentos favoritos de la obra.
Un aplauso final para los ensambles femenino y masculino: su coreografía, coordinación y estética los convierten en cuadros vivientes que dan fuerza al resto de la propuesta.
La orquesta
De acuerdo con la productora del espectáculo, y uno como espectador lo celebra: esta adaptación de Los miserables cuenta con la orquestación más grande de las presentadas en otras latitudes. Su autor musical, Claude Michel Schönberg autorizó en 2019 que Stephen Metcalf, orquestista y director musical en Londres, que escribiera para Venezuela las partituras para 35 instrumentos. La dirección es de la maestra Elisa Vegas.
Las piezas musicales imprimen profundidad, vibran, retumban y recorren los cuerpos expectantes como si sustituyeran el sistema sanguíneo hasta estremecer.
La conclusión
Los miserables, en su temporada 2023, es una muestra de que en el país aún hay muchos y grandes creadores, en las distintas disciplinas y especialidades. Aún hay ganas de hacer, aunque a veces se tenga mucho en contra: como la situación económica que dificulta la taquilla, por ejemplo. Pero hay que insistir, insistir. Como lo hacen Clas Producciones y las más de 300 personas que giran en torno a esta producción, de forma directa e indirecta. Hay que insistir porque moverse, seguir, es estar vivos. La cultura viva, el profesionalismo, la disciplina, la calidad, que finalmente son elementos formativos que generan criterio, seres reflexivos y una mejor sociedad. Yo sí lo creo. Me uno a la fe.
Coordenadas de Los miserables:
Lugar: Sala Ríos Reyna, Teatro Teresa Carreño, Bellas Artes
Funciones: Sábado 8 de abril, 5:00 pm; viernes 14 de abril, 7:00 pm; sábado 15 de abril, 5:00 pm; y domingo 16 de abril, 11:00 am y 5:00 pm.
Entradas: Desde $40
Venta de entradas: ticketplate.com, en las taquillas del teatro y en Tolón Fashion Mall